La investigación, que comenzó a mediados de junio, reveló la existencia de un clan familiar compuesto por el padre, la madre, dos de sus hijos junto a sus respectivas parejas, y un tercer hombre que colaboraba en las maniobras delictivas. Este grupo operaba desde un chalet conocido como “La Casona”, ubicado en la Ruta AO12, kilómetro 64, justo frente a la planta de la firma Vicentin. Además de este punto central, la familia también utilizaba otros cuatro domicilios como bases de operaciones y realizaba entregas a domicilio utilizando motocicletas y automóviles, en los cuales ocultaban la droga en compartimentos secretos.
Las transacciones se llevaban a cabo en la vía pública de manera rápida y discreta, en cuestión de segundos, lo que dificultaba la detección por parte de las autoridades. Sin embargo, las labores investigativas y de campo permitieron a los agentes reunir las pruebas necesarias para proceder con los allanamientos.
El 9 de agosto de 2024, tras la ejecución de las órdenes de allanamiento, se logró la detención de seis personas, tres hombres y tres mujeres, todos miembros del clan familiar. Durante los operativos, se secuestraron aproximadamente 3 millones de pesos, 185 gramos de clorhidrato de cocaína ya fraccionados en envoltorios listos para su venta, sustancia de corte, cinco balanzas de precisión, diversos elementos para el fraccionamiento de la droga, un vehículo, una motocicleta, diez teléfonos celulares, una tablet y documentación relevante para la investigación.
Este golpe al narcotráfico en la región pone en evidencia cómo grupos familiares pueden organizarse y operar como verdaderas empresas delictivas, utilizando su entorno y recursos para evadir la ley y mantener sus actividades ilícitas. La causa sigue en curso bajo la dirección del fiscal Kishimoto, quien continúa reuniendo pruebas para desmantelar por completo esta red y llevar a sus integrantes ante la justicia.