La cosecha de maíz se topó con una amenaza producto de las últimas lluvias: la humedad. Esta situación complicó el avance de la trilla y, hasta el momento, solamente se registró el 23 % de la superficie sembrada en la zona núcleo.
Al mismo tiempo, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que aparecieron las primeras advertencias por granos brotados. “En soja, hay indicios de mejores resultados en la región, pero también hay escepticismo por la gran variabilidad y la necesidad de que se retrasen las bajas temperaturas”, indicó la entidad.
El maíz afronta estas complicaciones y, a medida que avanzó la cosecha, se observaron rendimientos dispares. “En Río Tala, los maíces de primera no llegan a los 40 qq/ha, en cambio, en Marcos Juárez promedian 110 qq/ha. En toda la región se está avanzando muy lentamente, la humedad no baja de los granos”, mencionó la BCR.
Al mismo tiempo, destacaron que hay preocupación por la gran cantidad de lluvias. “Comienza a observarse brotado de granos en algunos lotes. Esto puede traer problemas de calidad y bajar el peso de los granos, atentando contra el rinde de la región”, indicó la BCR.
En el centro-sur de Santa Fe la cosecha avanzó un 30 % y los rendimientos son de 130 qq/ha. En Marcos Juárez, en el sudeste cordobés, ya se trilló el 25 % del maíz con promedios de 110 qq/ha. En el sur de Santa Fe, con un 23 % de avance, los rindes rondan los 93 qq/ha y se observan demoras por los excesos de humedad.
El caso de Buenos Aires cambia, principalmente en el noreste, que es la zona más castigada por la sequía. “Los rindes en Pergamino apenas llegan a 50 / 60 qq/ha, unos 10 quintales por debajo de lo que se esperaba a fin de año. En las áreas que más lluvias recibieron en enero, los rindes suben a 70 y 80 qq/ha. En los alrededores de Chacabuco, los valores están entre 65 y 75 qq/ha y advierten que el maíz temprano terminará siendo el cultivo más golpeado por la falta de agua”, indicó la BCR.
La situación en el noreste es crítica. “Lamentablemente, las imágenes muestran que Chaco recibió menos de un 25 % de las lluvias medias que conforman el monto pluvial del verano. Aparte, la provincia arrastra una sequía de 3 años”, comentó la BCR.
Si bien La Niña se mantuvo presente como enfriamiento oceánico desde la primavera, solamente en parte del verano potenció el patrón deficitario sobre el centro del país. “En cambio, en Chaco y Santiago del Estero, este condicionante planetario mostró su efecto más adverso, potenciando largos periodos con altísimas temperaturas y ausencia prolongada de precipitaciones. Al día de hoy, la reserva de agua útil en el primer metro es absolutamente crítica en la provincia”, comentó la BCR.
Fuente: Agrofy