La publicación del pronóstico de largo plazo realizado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no trae buenas noticias porque proyecta no existen grandes probabilidades de una recomposición hídrica hasta fines del presente año.
El pronóstico prevé para el último trimestre del 2024 lluvias inferiores a la normales sobre la provincia de Córdoba, este de San Luis, sur del Litoral, norte y este de Buenos Aires.
En tanto, se proyectan precipitaciones normales a inferiores a la normales sobre el norte del Litoral, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, este de Salta, La Pampa, sudoeste de Buenos Aires y región de Patagonia. Por último, las zonas que recibirían lluvias normales para le época serían NOA y Cuyo.
En lo que respecta a temperaturas, el pronóstico trimestral del SMN proyecta niveles superiores a los normales sobre el norte y centro del país con especial incidencia en el norte de la región pampeana.
El problema es que gran parte de la zona comprendida por el pronóstico poco favorable ya se encuentra con niveles de humedad en el suelo bajos a nulos, lo que representa una señal de alarma para el maíz temprano y, en segunda instancia, para la soja de primera.
En el presente mes de octubre debería comenzar la siembra de maíz temprano en muchas de las zonas afectadas por falta de agua en el perfil del suelo y con malos pronósticos climáticos.
Si las lluvias finalmente no aparecen o lo hacen con pocos milímetros, es probable que los planes de siembra del cereal temprano sean abandonados para evaluar reemplazar el área por soja de primera en noviembre o bien maíz tardío en diciembre.
Vale remarcar que el pronóstico trimestral del SMN no indica valores de precipitaciones proyectadas ni su variabilidad a lo largo del trimestre. Debe tenerse en cuenta además que las previsiones climáticas se refieren a condiciones promedio en grandes extensiones geográficas durante un período y no contemplan detalles de los eventos de escala intra-estacional, como por ejemplo intensidad de sistemas frontales, olas de calor, bloqueos y otros condicionantes del “tiempo” que producen aumento o disminución de la precipitación y la temperatura (todos ellos de corta duración).
El pronóstico climático trimestral se realiza sobre la base del análisis de las previsiones numéricas experimentales de los principales modelos globales de simulación del clima y modelos estadísticos nacionales, sumado al análisis de la evolución de las condiciones oceánicas y atmosféricas.
Fuente:SL24