Este sábado a partir de las 11:30 hs comenzarán las actividades en homenaje al día del Donante de órganos que es el próximo 29 de agosto, fecha dónde se cumplen 25 años del fallecimiento de Antonella Trivisonno, primer Donante pediátrica.
Este año las actividades comienzan en el Monumento a la Bandera donde se realizará una intervención en calle Córdoba y 1ero de Mayo con la pintada de la frase «Soy Donante» y continuarán la próxima semana en simultáneo entre Buenos Aires y Rosario.
El 29 de agosto quedó instaurado además como una efeméride escolar, por lo que este próximo Jueves a las 8 hs se realizará el izamiento a la Bandera en el Monumento con la presencia de la familia de Antonella y pasará lo mismo en cada pueblo del país, donde se llamará a las familias de quienes fueron donantes para izar la bandera nacional y homenajearlos con un gran aplauso.
Ese día abrazará especialmente a quienes vivieron de tal manera que lo único que les quedó por donar fueron sus órganos y se terminará de pintar la frase Soy Donante en el Monumento.
Antonella Trivisonno , fue una niña de seis años que murió hace 25, cuando el automóvil que conducía su mamá fue chocado por otro que pasó el semáforo en rojo, en Salta y Ovidio Lagos. Con la lucha de sus familiares y amigos, Antonella se erigió en un emblema de la donación de órganos.
«Nosotros pedimos que se donen sus órganos pensando que no queríamos que a nadie le pase lo que nos pasó a nosotros», cuenta Silvia Trivisonno, madre de la nena. «Antonella nos hizo mejores. Antes y después cuando fue donante», sostiene.
En el 2020 el Senado de la Nación sancionó la ley que declara el 29 de agosto como el Día de la Persona Donante de Órganos. La norma, que fue impulsada por el ex diputado Agustín Rossi y que fue aprobada por unanimidad, invitó a las provincias y a la ciudad de Buenos Aires a incorporar en sus calendarios escolares la fecha como jornada de reflexión sobre la donación de órganos.
Un año después el ex pasaje 720, que comienza en la avenida Cándido Carballo, en la zona noreste de Rosario, comenzó a llamarse Antonella Trivisonno. “Me la imagino como una calle con vida, como fue Antonella, en la que exploten la luz y los colores”, dijo la madre de la niña en aquel momento.
Ahora la lucha sigue y la búsqueda por concientizar sigue vigente. «La necesidad de pensar en el otro. Antonella nos ayudó a transitar y pensar eso. Por eso decimos que la donación no tiene que ver con la muerte. Tiene que ver con la vida»