El ciclista cañadense Diego Velázquez participó de la histórica Clásica Santa Fe-Rosario, una carrera que siempre la tuvo “entre ceja y ceja» pero en la que nunca había podido estar.
Aunque la competencia debió ser suspendida a los 60 kilómetros debido a una intensa tormenta eléctrica. Se trató de la clásica prueba ciclística que se corría este domingo tras 21 años y en el centenario de su primera edición, se inscribió en el marco de la Copa Santa Fe 2025, con el impulso del Gobierno de la Provincia. Contaba con la participación de 160 deportistas de 30 equipos de Argentina, Uruguay y Paraguay, en un recorrido de 170 kilómetros.
Esta edición de la clásica, que invirtió su recorrido habitual, celebró los 100 años de la primera edición, a pesar de que llevaba 21 años sin realizarse. Velázquez explicó que su motivación para estar presente era doble: festejar sus 50 años desde que se subió a una bicicleta de carrera y, además, rendir homenaje a su padre, quien lo introdujo al ciclismo y a quien todavía tiene con vida.
“La prueba se desarrolló a un ritmo vertiginoso, con velocidades que alcanzaban los 47, 48, 50 y hasta 52 km/h, impulsadas por un fuerte viento de tormenta. Si bien los pelotones se fueron separando a medida que avanzaba la carrera, las condiciones empeoraron drásticamente con la llegada de una copiosa lluvia y tormenta eléctrica. Llovía muchísimo y había tormenta, bastante eléctrica», expresó Diego, mencionando que la falta de visibilidad y el ruido cercano de los truenos complicaban la marcha.
La competencia fue finalmente neutralizada en una estación de servicio ubicada en la autopista. A pesar de los intentos por reanudar la prueba, Defensa Civil optó por suspender definitivamente el evento a los 60 kilómetros recorridos.
Por último cuenta su experiencia de vivenciar esta travesía tan deseada, «fue como volver a sentir un chico ahí entre medio de toda esa gente joven y estar ahí dando, dando ser parte del espectáculo», afirmó Velázquez. Recordó el sufrimiento de la carrera y el compromiso de seguir adelante, citando el consejo de un amigo: «El ciclismo no es para cagones». Ahora, solo queda esperar la próxima edición de la clásica”.





