Ante el avance de la campaña maicera, y con el clima acompañando a las principales zonas productivas, el principal foco está puesto en que no se dispare la población de chicharritas del maíz (Dalbulus maidis), el insecto vector del complejo de enfermedades que causan el Achaparramiento del Maíz.
En este marco, las noticias que siguen apareciendo de las diferentes redes de monitoreo que existen en el país son positivas: por ejemplo, en Córdoba existe un Comité Técnico de Achaparramiento de Maíz que el 20 de diciembre pasado presentó un informe en el que asegura que la población del vector es “muy baja, prácticamente ausente”.
Se trata de un dato no menor y de alta relevancia para la cosecha no solo cordobesa sino nacional, habida cuenta que Córdoba es la mayor productora de maíz de Argentina, concentrando entre 30% y 40% de la cosecha nacional.
LA CHICHARRITA DEL MAÍZ, EN CÓRDOBA
“La inmensa red de monitoreo presente en la provincia de Córdoba, compuesta por distintos grupos, entidades e instituciones, así como técnicos y empresas de monitoreo, registran sólo presencia aislada de algún individuo”, indica el estudio.
En tanto, advierte que se sigue en detalle la población en la zona endémica (NEA y NOA) que al momento del presente informe presentan poblaciones inferiores a la de la campaña anterior.
También recuerda que la presencia de un bajo número de D. maidis es normal (contabilizando las mediciones durante las últimas 10 campañas desde 2013-14 hasta 2021-22). Precisamente, lo extraordinario fue lo sucedido en el ciclo pasado.
Los grupos de investigación de referencia de Argentina hace más de 25 años que determinan rutinariamente la presencia del insecto vector en diferentes latitudes y en distintos momentos de la primavera y verano.
Así, ya se puede asegurar que los maíces sembrados en septiembre, hasta la primera quincena de diciembre no se van a ver afectados por este complejo de manera significativa. Por el estado de esos cultivos y la ausencia del vector al momento de mayor susceptibilidad, ya no presentan riesgo de una epidemia como la de la campaña pasada.
De todos modos, teniendo en cuenta la situación, los integrantes del Comité lo mismo recomiendan:
Monitoreo: supervisar continuamente las trampas cromáticas adhesivas y los cogollos de las plantas de maíz, para identificar tempranamente cualquier aumento en la población del vector.
Precaución sobre maíces tardíos (siembras de fines de diciembre y enero): se deberá estar muy atentos en estos lotes en particular.
Capacitarse y consultar con especialistas: para enfrentar esta problemática, es fundamental identificar correctamente al vector, los síntomas y el manejo responsable del vector.
Fuente: infocampo