El hecho al que hacemos referencia es producto de las consecuencias de la decisión de Urquiza de retirarse de la batalla que se libraba en las cercanías del arroyo Pavón, entre las tropas federales (lideradas por Justo José de Urquiza) y las del Estado de Buenos Aires (lideradas por Bartolomé Mitre) y que culmino con resultados inciertos, ya que, por un lado, las tropas federales se retiraron del campo de batalla aun contando con buenas posiciones para lograr la victoria militar, y comenzaron a dispersarse. Las tropas del Estado de Buenos Aires, en los meses siguientes al hecho descripto, se reagruparon y comenzaron a incursionar por los territorios de lo que fuera La Confederación Argentina. En este contexto, la noche del 22 de noviembre de 1861, las tropas del ejército confederal, que intentaban reagruparse en las cercanías de la Cañada de Gómez, fueron sorprendidas por tropas del Estado de Buenos Aires, al mando del general Venancio Flores quien en su “Parte detallado de la acción de Cañada de Gómez” se refiere al hecho del 22 de noviembre como una batalla, en la cual se enfrentaron tropas a su mando (del Estado de Buenos Aires) frente a tropas de la Confederación Argentina. Según el parte, las tropas de la Confederación Argentina al advertir la presencia de tropas enemigas rápidamente se dispusieron a la batalla: “…se encontró con el enemigo que lo sintió a muy corta distancia teniendo la mayor parte de su fuerza con los caballos ensillados, los que luego montaron, formaron y marcharon de frente sobre nuestros escalones…”
Otro actor contemporáneo a los hechos, el general del Estado de Buenos Aires Juan Gelly y Obes en una correspondencia dirigida al gobernador de Bs. As. Manuel Ocampo fechada el 23 de noviembre de 1861, se refiere al hecho como “… uno de los hechos de armas que aterrorizan al vencedor” …haciendo referencia a la violencia utilizada por Flores.
Así mismo, Obes se refiere al parte detallado de la acción de Cañada de Gómez, redactado por Flores, respecto al mismo observa que Flores incorporó en el parte, fuerzas de caballería que no solo no actuaron, sino que no se encontraban en el lugar del hecho “… Para disimular más la operación confiada al general Flores, se le hizo incorporar toda la fuerza de caballería de la división de Córdoba
Obes aclara además que Flores no tiene intención de informar lo sucedido: “Flores … no quiere decir detalladamente lo que ha pasado”, y detalla los saldos del suceso, los cuales son muy diferentes al informado por Flores: “…
A lo largo del tiempo muchos historiadores cañadenses y no cañadenses han hecho su propia interpretación de los hechos. En un principio se la llamó la “Batalla de Cañada de Gómez”, “combate” o “cruenta acción”, incluso en el Museo Histórico Municipal hay muchas referencias a esta forma de ver a este suceso que forman parte de una forma de ver y de hacer historia. Afortunadamente en la última década esa visión se ha dejado de lado para dar paso a analizar e interpretar al hecho como una matanza con la simbología que esto tiene.
Las fuerzas de la Confederación al mando del General Virasoro son sorprendidas en la noche del 22 de noviembre de 1861 y son literalmente pasadas a degüello con una saña y violencia nunca antes vista. Hay que señalar también que logran escapar los hermanos José Hernández (autor del Martin Fierro) y Rafael Hernández y Leandro N. Alem quien luego fuera uno de los fundadores de la U.C.R.
Como dijimos anteriormente, la violencia utilizada avergonzó a los vencedores ya que Flores mintió en la cantidad de muertos por bando y a la forma de accionar y esto pareció no tener importancia para aquellos quienes a principio del siglo XX comenzaron a escribir la historia de la ciudad, teniendo en cuenta también que la historia se nutre también de la interpretación del historiador que muchas veces no deja de lado su ideología.
En primer lugar, Elías Bertola, en sus “Apuntes Históricos” busca el origen del nombre de la ciudad y le escribe a Mitre peguntándole sobre el hecho y lo hace utilizando la palabra “Combate”, Mitre le responde unos días después diciéndole no recordar tal suceso. Podría ser en efecto que el General no lo recordara o que no quisiera recordarlo por la violencia con que se dio.
En los archivos de otro historiador cañadense llamado Nemesio Valvuena se habla primero de combate y luego de batalla y en 1961, para los cien años del hecho un médico aficionado a la historia llamado Marcos Tomassini publica en Diario Estrella un escrito con una prosa muy poética donde se habla de combate.
En tanto en el museo histórico podemos encontrar un cuadro que hace alusión a la inauguración del mástil de la Plaza San Martin en 1949 y que homenajea a los caídos en el “combate de Cañada de Gómez”
A partir de esto nos preguntamos por que se dio esta situación y encontramos dos posibles respuestas. Una es una cuestión ideología, hay una intención de parte de los vencedores para ocultar la violencia que tuvo el hecho y por otro lado una cuestión histórica que tuvo que ver con la omisión y el poco análisis de las fuentes.
En conclusión, a partir de la victoria del Estado de Buenos Aires por sobre la Confederación y la instalación del modelo liberal centralista porteño, a este modelo había que imponerlo de alguna manera y se sometió a los disidentes a sangre, fuego y terror y la matanza de Cañada de Gómez es el inicio de ese disciplinamiento y se presenta como una acción violenta que se va a ir repitiendo a lo largo de la historia argentina.
Por Mauricio Cocchiarella, Profesor de Historia e Historiador.





