PUENTE RÍO CARCARAÑÁ

Tras la protesta, Vialidad prometió avanzar en las reparaciones pero el puente de la Ruta 9 sigue inhabilitado

El puente sobre el río Carcarañá en la Ruta Nacional 9 continúa inhabilitado, sin fecha confirmada de reparación, pese a reiterados reclamos del municipio y de los vecinos ante Vialidad Nacional Distrito 7.

La situación del puente sobre el Río Carcarañá en la Ruta Nacional 9, que continúa cortado, sigue siendo crítica, a pesar de los esfuerzos de la Municipalidad de Carcarañá por insistir continuamente ante el Distrito 7 de Vialidad Nacional. Mariela Coy, secretaria de gobierno de la localidad, dialogó con Un Buen Día y explicó que la inacción por parte de Vialidad Nacional, a pesar de sus promesas, motivó la realización de una fuerte manifestación.

La funcionaria municipal confirmó que, ante las promesas de reparación que parecían incumplidas, el lunes de la semana pasada se llevó a cabo una manifestación en el puente. La protesta fue organizada conjuntamente entre vecinos, comerciantes autoconvocados de la ciudad, y contó con la presencia del intendente Vázquez, la propia secretaria Coy y el Concejo Deliberante en pleno. Al evento asistieron diversos medios de comunicación de Rosario, Santa Fe y otras localidades.

Casualmente, luego de la protesta, la Municipalidad recibió una comunicación oficial de Vialidad Nacional. Según Coy, llegó un correo electrónico notificando la autorización para que la Municipalidad permita a Vialidad Nacional arrojar toda la suciedad que extraigan durante la limpieza del fondo del río (ramas, troncos y desperdicios) en las cavas municipales. Esta autorización de descarte de material es vista como un avance: «Creemos que a partir de esa limpieza que van a hacer en el fondo del río comenzarían las tareas».

A pesar de este contacto, la Municipalidad aún no tiene la fecha exacta de inicio de las tareas de reparación. Sobre la duración de los trabajos, Coy señaló que, según información verbal, «no es mucho tiempo lo que se tardaría», estimando que las tareas demorarían «no más de un mes» una vez que comiencen.

El puente de la Ruta 9, que une Carcarañá y Correa, fue cerrado inicialmente el 31 de agosto debido a la crecida del río, que provocó erosiones, socavones y desmoronamientos en los terraplenes de acceso y los estribos. La restricción es total para todo tipo de tránsito, incluyendo peatones, motos y bicicletas, debido al riesgo por el estrechamiento de la calzada y la inestabilidad de la misma. Los desvíos se mantienen hacia la Autopista Rosario-Córdoba.

Sin embargo, Mariela Coy alertó sobre la dramática situación actual: «Según la resolución de vialidad nacional, el puente está inhabilitado, está cortado para todo tipo de tránsito». No obstante, los vecinos han corrido el vallado, los tachos y un talud de tierra que el municipio había colocado del lado de Carcarañá. De tanto pasar, ese montículo de tierra se ha reducido al nivel de una «loma de burro».

Coy enfatizó que el cruce es «muy riesgoso y peligroso» tanto para los vecinos de Carcarañá como de Correa, y para cualquier vehículo o persona que se anime a pasar. El riesgo es particularmente alto en el río Carcarañá, cerca del Tajamar. La funcionaria advirtió que esta situación de cruce bajo riesgo de inhabilitación «puede hasta ocurrir una víctima fatal», algo que la Municipalidad busca evitar con sus reclamos.

Contexto de los Estudios y Cierre

Vialidad Nacional ha estado realizando batimetrías y nivelaciones adicionales luego del descenso de las aguas para evaluar el comportamiento de la estructura y la erosión provocada por la crecida. Los datos relevados por el 7º Distrito Santa Fe tuvieron como objetivo precisar el material y las especificaciones técnicas para dar prioridad a la ejecución de las reparaciones.

En estos estudios, la Municipalidad de Carcarañá y los Bomberos Voluntarios colaboraron, proveyendo la embarcación necesaria para el montaje de los equipos de medición. A pesar de los estudios y la promesa de reparación, Vialidad Nacional determinó que el corte total se mantendría debido a la «magnitud de los socavones y desmoronamientos detectados en los accesos y en la protección de los estribos».

Aunque el organismo vial analizó flexibilizar el cruce peatonal y de vehículos menores para facilitar la movilidad, el peligro actual persiste, especialmente cuando la gente ignora la restricción y desplaza las barreras de seguridad.

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