Los festejos por el campeonato de la Liga Cañadense de Fútbol obtenidos por el Club Atlético Carcarañá (Cremería) han derivado en una grave controversia que pone en el centro de la escena la falta de cumplimiento de las normativas locales y la ausencia de empatía hacia personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y animales.

La magnitud del uso de pirotecnia de alto impacto durante la celebración generó una ola de denuncias y un enérgico comunicado del Intendente Miguel Ángel Vázquez, quien pidió la renuncia de los directivos del club.

Siete Horas de Ruidos «Insoportables»

El escándalo se desató tras la victoria del club en el torneo clausura. Aimé Gómez Santi, madre un niño con TEA, y miembro de la asociación Padres Autismo Carcarañá, describió en una entrevista con CNN Radio Cañada de Gómez las horas de sufrimiento vividas por la comunidad.

Según Aimé, la ciudad estuvo bajo «ruidos constantes insoportables» durante siete horas. La situación más crítica ocurrió por la noche, cuando los festejos se trasladaron a la sede céntrica, frente a la plaza, donde hubo una hora ininterrumpida de fuegos artificiales de alto impacto y bombas de estruendo.

«Estábamos muy revolucionados porque las últimas horas… fueron realmente para todos insoportables,» relató Aimé. El ruido provocado por las explosiones afectó severamente a personas con hipersensibilidad auditiva, como muchos chicos con TEA, quienes tuvieron que permanecer «encerrados en las piezas» de sus casas debido a la intensidad de los ruidos que retumbaban en las ventanas.

Además de las crisis nerviosas en niños y adolescentes, y los ataques de pánico en adultos, la madre advirtió que el impacto no es solo inmediato, sino que repercute durante los tres o cuatro días siguientes, afectando el sueño, el humor y la capacidad de regulación de los chicos.

Impunidad y Violación de la Ordenanza «Pirotecnia Cero»

La gravedad del hecho radica en que los fuegos artificiales habrían sido lanzados directamente desde adentro de la institución—desde el playón y los techos de la secretaría del club— lo que confirmaría la responsabilidad institucional.

Aimé Gómez Santi subrayó que Carcarañá cuenta con la ordenanza 2393/15, en vigor desde 2015, que establece la «Pirotecnia Cero» y prohíbe la venta, comercialización y uso de estos artefactos. Recientemente, la normativa fue reformada para duplicar el valor de las multas entre el 10 de diciembre y el 10 de enero.

Sin embargo, la penalidad parece ser insuficiente. Se supo, por gente simpatizante del club, que quienes pusieron el dinero para el «recibimiento» (se habla de millones de pesos) manifestaron: «no importa, después pagamos la multa, no hay problema por eso». Este accionar fue calificado como una «muestra de impunidad y de falta de empatía tremenda».

Ante el caos, varias familias y afectados se acercaron a la comisaría, incluyendo gente mayor en crisis que quería asentar la denuncia. La policía, inicialmente, afirmó no poder intervenir por tratarse de una «contravención,» alegando que solo contaban con dos móviles y que los hinchas buscaban tirarles bombas.

El Intendente Pide Renuncias «Ante la Falta de Idoneidad»

La reacción más fuerte provino del Intendente de Carcarañá, Miguel Ángel Vázquez. A través de un comunicado en su cuenta personal de Facebook, Vázquez manifestó su asombro ante «el silencio, la falta de empatía y de responsabilidad» de los directivos del Club Atlético Carcarañá.

El Intendente llamó a la reflexión a quienes conducen la institución y, en nombre de la comunidad, les exigió: «pongan sus RENUNCIAS A DISPOSICIÓN DE TODOS LOS SOCIOS, ante la falta de idoneidad para continuar con la conducción de una Institución».

Vázquez aseguró a la comunidad que «las sanciones serán ejemplares y dejará precedentes en la ciudad para que no se vuelva a repetir semejante barbarie,» anunciando que las medidas serán comunicadas en el transcurso de la semana.

Por su parte, la Asociación Padres Autismo Carcarañá ya presentó una denuncia grupal y está convocando a todos los afectados a acercarse a la comisaría para dejar asentado su testimonio. Además, se están realizando gestiones con concejales para elevar las denuncias a fiscalía y se evalúa una reunión con la Liga Cañadense de Fútbol, la cual podría aplicar sanciones disciplinarias a la institución si los artefactos fueron lanzados desde dentro del club.

Los afectados esperan que las consecuencias sean ejemplares y no se limiten al pago de multas, ya que el club tiene antecedentes de reincidencia bajo esta misma ordenanza. La preocupación ahora se centra en las próximas Fiestas, ya que esta situación es un recordatorio de que «el derecho [de disfrute] termina cuando empieza el sufrimiento del otro».